Por Cinthia Spencer
Siempre he tenido una inclinación por nuestro folclor; bailes, costumbres, música folclórica en todas sus variantes, en fin, nuestras raíces.
El mes de Septiembre es una de mis fechas preferidas, sino mi fecha favorita. Los colores, las banderas, el espíritu, patriotismo en cada rincón de la ciudad… pero ¿cómo éramos los meses anteriores?; no había nada de eso, ni un pequeño esbozo de amor a la patria.
Antes de continuar tengo que aclara que no debemos confundir patriotismo con otras expresiones, el patriotismo es tolerante, noble y en su esencia no discrimina ni excluye a nadie.
Pero vamos al grano; que me dicen de las celebraciones de fiestas patrias, la juventud ya no escucha nuestra música en fondas o ramadas porque esta siendo desplazada poco a poco por otros géneros; si no fuese porque existen artistas chilenos que incursionan en ritmos tropicales, rancheros, entre otros, ¿qué habría de chileno el 18?.
Son acaso aquellos que cultivan la cueca, la tonada o la paya popular, nada más que nostálgicos de los tiempos de la Colonia. Y que decir de los que van a celebrar el 18 a Cancún, Bariloche o a Punta Cana, para empaparse de chilenidad.
En aquellos meses distantes a Septiembre, somos una sociedad cualquiera que se pierde en la inmensidad, la cual se despierta en busca del desarrollo dejando de lado sus costumbres, sus creencias, nuestras raíces… ¿de qué desarrollo hablamos entonces?, no podemos crecer sin un pasado.
Somos en definitiva patriotas una vez al año; en Septiembre.
El patriotismo chileno pareciera aflorar nada mas cuando hay celebraciones de por medio, de este modo me surge una pregunta ¿qué significa para mi, para ti, para el país entero ser patriota?
